Incluso el país sudamericano se alinea con las buenas reglas de la circularidad de las actividades en su territorio
La economía circular se ha convertido en parte de la vida de los ciudadanos colombianos con el objetivo de proteger el medio ambiente, la población y su territorio. Un año después del inicio del proyecto, vemos el trabajo realizado durante un año.
Colombia es el sexto país en América Latina como una extensión territorial y el cuarto en población, contando con unos 42 millones de habitantes y ha decidido emprender un camino virtuoso hacia una economía circular nacional , involucrando alcaldes, empresas, recicladores, universidades y todas esas fuerzas sociales en el área que pueden unirse a esta causa.
El objetivo de este proyecto era impulsar la transformación de los sistemas de producción nacionales y agrícolas desde una perspectiva de economía circular y comenzar un camino de sostenibilidad de las ciudades en términos de innovación económica, social y tecnológica.
Esta estrategia involucraba seis líneas de Judá:
Este gran proyecto no fue derribado desde arriba e impuesto a la población e industriales, sino que comenzó con la participación y colaboración de todas las fuerzas en el campo. Por esta razón, las regiones se reunieron con las cuales se hicieron acuerdos específicos.
Al mismo tiempo, también se llevó a cabo trabajo social , ya que se organizaron reuniones locales en las que los ciudadanos se enteraron de los cambios que habrían ocurrido en su relación con los desechos domésticos e industriales y qué estilos de vida se habrían modificado para avanzar hacia Un modelo internacional de economía circular.
Específicamente, durante el primer año de actividad se lograron los siguientes resultados: