El mundo del packaging ha experimentado un gran cambio en los últimos años y, especialmente, el mundo de las bebidas parecía ser el menos dispuesto a apoyar la lógica del uso de materias primas recicladas.

Ciertamente, al tratarse de un material alimentario, los pasos fueron deliberadamente lentos y meditados, siguiendo, por un lado, el impulso de los consumidores que pedían más sostenibilidad en las botellas de agua y refrescos, pero, por otro, la necesidad de para asegurar que el material de PET reciclado tuviera las características certificadas para el contacto con alimentos.

Podemos decir que se ha logrado un trabajo en equipo entre los recicladores de botellas de PET que, de hecho, han perfeccionado la recogida introduciendo el canal monoplástico PET, los fabricantes de máquinas que han desarrollado sistemas de tratamiento que permiten una "esterilización" del granulado producido y los organismos de certificación que desarrollaron sistemas de control para crear pautas, a través de las cuales los residuos podrían convertirse en una nueva materia prima certificada para alimentos.

La consultora italiana Arezio Marco participó en un proyecto de evaluación de proveedores y distribución de gránulos de rPET certificado para alimentos en Sudamérica, brindando al cliente apoyo en la correcta selección de proveedores globales y en la gestión de especificaciones técnicas funcionales para los clientes finales. .

El material transportado es de color neutro, en forma de gránulos, y es apto para la producción de envases alimentarios en los que es necesario almacenar alimentos y líquidos para el consumo de la población.

Los países inicialmente interesados fueron Chile y El Salvador , que constituirán una especie de "cabeza de puente" para una futura expansión hacia los países latinoamericanos.

Los proveedores acreditados tienen disponibilidad de rPET de calidad constante, tanto a nivel de características mecánicas como de pureza y color.

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