Era la época dulce de las sonrisas, los colores y la vida.

Era la época de los proyectos, de fuerza y la nueva independencia.

Era la época de la felicidad, el amor y el optimismo.

Era el tiempo de la convicción, de la gestión de la propia vida, de las opciones y de la autonomía.

En este tiempo te he conocido y en este tiempo te he amado, con tu fresco sabor a fresa silvestre.

Parecía que todo lo que nos rodeaba era un corolario de nuestro amor, que cada beso era el último, que cada mirada era una película, que cada pensamiento era el que nos dejo .

Volamos alto, ligeros y felices hacia el sol, dando vueltas ante él, seguros de vivir entre las personas poco comunes besadas por la suerte.

Sin embargo, el sol ha comenzado a derretir nuestras máscaras, alterando nuestra apariencia dorada, exponiendo lo que antes estaba profundamente escondido dentro de nosotros.

Ha llegado el momento del sarcasmo y el reproche, de la dureza y la marginación, de la tristeza y la soledad.

Ha llegado el momento de la hipocresía y la falta de coraje, de esperar las decisiones del otro para culpabilizarlo.

Ha llegado el momento del fin, aunque nadie pueda decirlo.

Traducción automática. Nos disculpamos por cualquier inexactitud. Artículo original en italiano.